El perfil del piloto recién licenciado.

Hoy en día estamos viviendo una realidad en aviación que nos cuesta llegar a entender a muchos de nosotros. Esta realidad va más enfocada a tener profesionales “muy dirigidos” a volar un tipo de avión pero sin premiar la experiencia previa en otros trabajos. A diferencia de lo que ocurría hace unos años cuando necesitábamos horas de cualquier tipo para acceder a las pruebas de acceso a una compañía aérea.

En mi experiencia en la escuela de pilotos he vivido situaciones en las que los alumnos, tomando como fecha de referencia la del final de sus cursos de CPL, ya habían contratado una habilitación de tipo y line training en alguna TRTO extranjera.

Teniendo en cuenta que esto ocurría en el año 2006, estaba claro que algo estaba cambiando. Los pilotos preferían invertir en conseguir una experiencia rápido en los aviones más demandados – B737 ó A320 – y dedicarse a buscar trabajo posteriormente en compañías que los volasen.

Este aspecto que ellos tomaban como una inversión más en su carrera era extraño para muchos de nosotros e incluso se criticaba por gran parte del sector. Lamentablemente se ha convertido en una realidad por la que tienen que pasar la mayoría de pilotos que tienen baja experiencia y quieren acceder a una aerolínea.

De hecho ahora, cuando un futuro piloto quiera hacerse una idea de cuánto le va a costar la carrera, debería plantearse este gasto (Habilitación + entrenamiento en línea) porque es muy probable que, si no cambian las cosas, tenga que hacerlo.

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Los pilotos en activo

La realidad de los pilotos que están en activo, debido a los cambios de la aviación y a la gran crisis que estamos soportando, tampoco es muy halagüeña, ya que, en muchos casos, están viviendo reducciones de sueldo que llegan hasta el 50 % en algunos casos y reducciones de beneficios como las comidas cuando están fuera de base – se está viendo actualmente a pilotos con tupperwares de comida para intentar ahorrar.

Esta situación está provocando un éxodo hacia países que todavía mantienen unos salarios lo suficientemente atrayentes como para hacerte cambiar de vida radicalmente.

Estamos hablando de Asia, Países Árabes, algunos países Africanos y de Latinoamérica. Pero, ¿hasta cuándo va a ocurrir esto?.

Llegará un momento en que estos países se retroalimenten de pilotos nativos y no necesiten a pilotos extranjeros. Y cuando llegue ese día, ¿cuáles serán las condiciones que habrán en España o Europa?. ¿Será un trabajo que todavía merezca la pena?.

Ya se empiezan a oír comentarios de pilotos de compañía que se plantean dedicarse a otra cosa.

Esto en cuanto a los pilotos, pero…¿y las compañías aéreas?.

Low cost vs. Otras compañías

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En cuanto a las compañías aéreas estamos viendo que el concepto de compañía aérea que teníamos hace unos años está cambiando en pro de una aviación más de extremos.

Por una parte vemos compañías aéreas que han dado lugar al concepto de ultra low cost, reduciendo al máximo los servicios abordo, pero que, desde un punto de vista empresarial han conseguido que más gente vuele, y que tienen beneficios estratosféricos para la coyuntura económica actual.

También tenemos compañías que aunque empezaron como low-cost se están reconvirtiendo en compañías que ofrecen más servicios – similares a las antiguas compañías aéreas – pero a un precio más adecuado.

Y luego tenemos compañías aéreas destinadas al pasajero de lujo, como puede ser Virgin Atlantic, muy enfocadas al pasajero de alto poder adquisitivo que quiere un servicio de gran calidad.

El rango de compañías intermedias, entre las que encontramos las compañías de bandera y otras similares de cada país, se encuentra en una situación más crítica, debido fundamentalmente a sus enormes estructuras de personal, flotas demasiado variadas, subidas de combustible y tasas, y precios de billete fuera del alcance de muchos pasajeros.

Estas compañías sólo pueden funcionar, y así se está viendo, a través de la creación de grandes grupos aeronáuticos – IAG, Lufthansa, Air France-KLM, American – US Airways – en los que las sinergias entre las compañías que los forman, les permitan reducir costes y competir de forma más importante en todos los mercados.

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El futuro

El futuro de la aviación, si atendemos a datos de los fabricantes, podemos pensar que es muy positivo. La gente cada vez viaja más, debido en gran parte a los precios reducidos de los billetes, a los negocios entre países y al movimiento emigrante que, ya sea por vernos forzados a ello o por intereses individuales, se está dando.

Se habla de miles de aviones nuevos entre el 2015 y el 2030, que necesitarán muchos pilotos.

Eso sí, sin ánimo de transmitir un mensaje excesivamente negativo, todo apunta a que las condiciones van a ir a menos y la figura del piloto será una más dentro del organigrama de la empresa, con un sueldo normal y unas jornadas al límite para amortizar su puesto.

Al menos, eso es lo que refleja la realidad de la aviación, igual que la de muchos otros sectores, hoy en día.

En cualquier caso, y como medida para evitar problemas, tanto por parte de los Organismos que defienden los intereses de los tripulantes – Colegios, Sindicatos, etc – como por parte de los gestores de las Compañías, se busquen soluciones en conjunto y se escuche a la parte contraria para entender mejor la situación.

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